Habia una vez una familia que era Cristiana y estaba formada por los 2 padres y sus 2 hijos, la madre de familia siempre se preguntaba porque Dios permitía que personas (aparentemente malas) tuvieran más bienes materiales que ella, no es que la familia fuera pobre pero al hacer la comparación de su situación siempre parecía estar en desventaja con algunos conocidos y vecinos.
-¿Cómo es posible que gente que se porta mal y no tiene temor de Dios siempre tenga dinero en su bolsa y Yo no?
Preguntaba en ocasiones molesta y triste a la vez.
-No te fijes en eso, ya que Dios siempre nos ha provisto de lo necesario.
Contestaba su marido.
Ella deseaba y anhelaba muchas cosas, algunas muy caras y otras baratas, por ejemplo llevaba tiempo queriéndose comprar un bote de cerezas que miraba detenidamente cada que visitaban una tienda de autoservicio, pero las prioridades económicas de la familia no le habían permitido darse ese gusto.
Cierto día ella y su esposo caminaban por un pequeño mercado rodante cerca de su casa cuando de repente en un puesto salto a la vista algo sorprendente: Era un Inmenso frasco de cerezas, de inmediato la pareja se miro uno al otro ya que este frasco era diferente al que habían contemplado en el supermercado (era 4 veces más grande) y el precio era muy barato.
Lo compraron y llevaron a su casa, en el camino la madre de familia alcanzo a decir; por fin me voy a poder desquitar con toda esta cantidad de cerezas.
Al día siguiente abrieron el frasco y la mama comió varias cerezas, ya para el medio día se empezó a sentir muy mal, se sentía débil, mareada, desubicada y casi al borde del desmayo. Fue necesario llevarla de urgencia a una clínica, le pusieron medicamento y poco a poco fue sintiéndose mejor, el diagnostico dado por el médico fue “le subió la azúcar”.
Su esposo la llevo de vuelta a casa y en el camino se mantuvo un silencio de meditación en lo que habia sucedido.
Al terminar el día la familia llego a la conclusión de que Dios en muy Bueno….
Al igual que con el frasco de cerezas en ocasiones el ser humano desea y pide bendiciones en abundancia;
Dinero, posesiones, fama, bienes materiales, etc. Pero lo que no alcanza a comprender es que Dios sabe lo que es mejor para nosotros en cuanto a tiempos, cantidades y tipos de bendición.
En ocasiones no tenemos la madurez para manejar ciertas cosas en la vida como la riqueza ya que la biblia dice en:
Proverbios 30:8 Aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des pobreza ni riquezas sino sólo el pan de cada día.
9 Porque teniendo mucho, podría desconocerte y decir: “¿Y quién es el SEÑOR?”
Y teniendo poco, podría llegar a robar y deshonrar así el nombre de mi Dios.
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